Hace 20 días, declaramos que como Congregación religiosa, de las Siervas de San José, junto con nuestros centros, talleres y colegios, nos sumábamos al sentir ciudadano, al clamor de un pueblo cansado, pero que se levantó para dar luz a los ciegos. Ese día hicimos un llamado a que con un corazón manso y humilde, al estilo de Jesús de Nazaret y en fidelidad a nuestra fe, pudiéramos  tomar postura y discernir la mejor forma de liberarnos  del ciclo de servidumbre, que tributa a este sistema  económico, codicioso e insaciable. Después de semanas de peregrinaje social, volvemos a reiterar la necesidad de continuar sosteniendo y acompañando, todas aquellas acciones, que promuevan la justicia, la paz y la integridad de la creación, abrazados/as fuertemente a la cultura del encuentro. Hoy más que nunca, es necesario luchar contemplativamente, trasladar el taller de Nazaret al espacio público y que sea su lámpara la que ilumine la ciudad y el sonido de sus martillos los que destronen nuestro individualismo y nos devuelvan al camino de la comunitariedad. Sigamos caminando con nuestras manos desarmadas, como ha sido hasta hoy, con labios que ofrezcan bendiciones y besos, con corazones que alienten la búsqueda de sentido y sobre todo, salvemos la belleza de las manos  de la violencia, en todas sus formas y hagamos entrega a las nuevas generaciones de un mundo más sabio, más libre y mas bueno.

¡Ánimo y adelante! Que la Gracia y la Sabiduría, nos habiten mas que nunca en este tiempo.

Siervas de San José

Zona Chilena

9 de noviembre 2019